Miguel ha estado renuente a las plataformas franquiciatarias. Le cuesta visualizar la estructura, estrategia de desarrollo y privilegios que le puede ofrecer una empresa como la nuestra; especialmente, le aterra el monto de inversión inicial.

El hermano menor de Miguel, un entusiasta franquiciatario MBE, le ofrece asistir a una asesoría personalizada donde recibe información sobre nuestra plataforma conformada por pequeñas y medianas empresas, oficinas en el hogar, asociaciones corporativas y compañías a distancia.

Finalmente, Miguel amplía sus perspectivas y decide invertir con nosotros convirtiéndose en uno de los nodos que fomentan y sostienen nuestro ecosistema empresarial y comunicacional.

Valentina es una entusiasta de las actividades económicas particulares. Con una carrera universitaria y experiencia en pequeñas y medianas empresas se acercó a nosotros durante una expo franquicia.

Su experiencia previa, unida a nuestra oferta en oportunidades de inversión, ha funcionado como una valiosa dupla. Hemos aprendido mutuamente, su visión retroalimenta nuestra gestión comercial, y nuestra plataforma multisistémica promueve su crecimiento económico.

La nuestra ha sido una historia de constancia y confianza.

Diego nunca ha invertido en una franquicia, no ha tenido un negocio propio y, francamente, lo visualiza como algo poco probable. Conoce casos de éxito un poco lejanos, conocidos o familiares que invirtieron en una franquicia y parecieran haber alcanzado la estabilidad económica. Sin embargo, Diego no tiene idea de cómo empezar su propio negocio.

Este es el perfil de alguien con curiosidad, aquél que decide emprender y se acerca a nuestras oficinas, hace preguntas, recibe asesoría, traza sus metas, y establece con nosotros una estrategia comercial para terminar siendo el diseñador de su propio tiempo y espacio.

Una historia que empieza con un ¿Por dónde empiezo?
Puede terminar en un ¿por qué no lo hice antes?